sábado, 15 de enero de 2011

NOVELA - CAPÍTULO 1

Me adentraba en la pequeña cueva, sabia que allí no debería haber algo bueno, pero la curiosidad me mataba por segundos. Pasillo por pasillo, observando las pintadas de sangre formando seres horribles pero a la vez hermosos, dragones y bestias escupiendo fuego, personas desfallecidas y calcinadas en las montañas. Seguí caminando, asustado, temiendo la posibilidad de volver a salir debido a la oscuridad que cada vez se hacia mas visible donde pisaban mis pies. Encontré una puerta..-la abriré y saldré de este terrible sueño-. Para mi desgracia estaba bloqueada, estaba convencido de que estaba viviendo una de esas profundas pesadillas. Me senté en una piedra haciendo que los muros que estaban sostenidas en ella empezaran a derrumbarse, esto era increíble. Empecé a correr bastante, pisando por los lados que menos se hundían en el oscuro vació, vi un destello resurgiendo desde una grieta, era mi salvación si no quería sentirme aplastado por las rocas. Gracias a mi imaginación, pude hacer más grande la grieta e introducí mi pie polvoriento para que, a continuación, cupiera mi cuerpo cansado y alarmado por como me encontraba. Había llegado a una sala, pero no era como las otras, las paredes estaban recubiertas en su mayor parte de metales preciosos.

Pensé que me haría millonario, pero a la vez me avisaba a mi mismo de que esto debían de ser imágenes sucesivas que se repiten en mi cerebro y me están haciendo delirar por la fiebre que tenía esta tarde. Me acerqué a la parte que si mi subconsciente no me engañaba, seria la parte mas protegida. Y así lo era. Ademas de estar repleta de diamantes y materiales que servirían para hacer un collar de lujo de los que se compra mi madre, también se podían apreciar una piedrecitas en las que una luz brillaba en su interior. La mayor parte de ellas eran azul zafiro, aunque las rojas y las verdes no se quedaban muy detrás en la cuenta. Una luz blanca comenzó a iluminar los muros, reflectando sobre mis ojos diversos puntos azules, verdes y rojos, esta situación no la olvidare jamás. La lógica me permitió adivinar que aquella luz debía proceder de la piedra mas brillante, su color era indistinguible, ya que según como se miraba, ofrecía un color diferente. Me entraron fuertes deseos de cogerla, estaba confundido, yo no quería hacerlo, pero mis articulaciones hacían movimientos extraños y movidos por una fuerza poderosa. Parecía como si la piedra me atrajese para poseerme, mi control se fue perdiendo, al igual que mi consciencia, hasta que la piedra se dirigió a mi mágicamente y flotando ante mis ojos casi invidentes, me atravesó el cuerpo.

-¡Sergio, despierta, que hoy tienes que ir al instituto!
-Umm...¿que hora es?
-Hora de que te levantes, venga, ¡¡tienes el desayuno en la mesa!!

Estaba completamente aturdido, no sabia ni donde estaba, ni que tenia que hacer. Me bajé de la cama y, recuperando la movilidad de las piernas y despejandome los ojos, me lleve una grata sorpresa. Tenía algo en las manos, pero tenía miedo a que fuera un cristal de la ventana o de la lámpara, podía ser cualquier objeto roto de la habitación teniendo en cuenta los movimientos que he ``imaginado´´. Me esperaba de todo, y primero inspeccioné la estancia, no faltaba nada y lo único en desorden era las sabanas enrolladas de mi cama. Entonces, ¿que podía ser?, abrí mi mano...era la piedra, pero esta mostraba un tono transparente como el cristal, para nada su dureza era similar. Aquel objeto pesaba mil demonios y casi me lastimo el meñique por moverla entre mis dedos.

No podia ser, si era un sueño, entonces..¿por que habia un rastro de esa cueva en la realidad, sabiendo que esa cueva no existe...? Preferí olvidar el tema, meti aquella cosa extraña en el cajon de los juguetes y me prepare para ejercer un día de instituto.

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