lunes, 28 de marzo de 2011

Quiero dedicar esta entrada a mis maestros, del I.E.S. ''Puerta del Andévalo'' por apoyarme en esta aventura literaria y darle pequeños piropos a mi forma de escribir. Quiero agredecerles, ademas de con estas palabras, con un enlace que os permitirá ver mi novela de una forma más cómoda y compacta. Para ello he utilizado la herramienta Calameo, una web que se dedica a ''convertir en libro'' los archivos de texto. Espero que le echéis un vistazo, y avisar que estoy trabajando en otra mucho mas clara y original, y que le veo salida para la gente que se aburre muchísimo leyendo. Sin mas que decir, se despide:

   Manuel Jesús González Sánchez.

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domingo, 13 de febrero de 2011

NOVELA - CAPÍTULO 15

Imágenes de mi infancia se me venían a la cabeza. Todas las personas que han construido mi forma de ser. Ahora esas personas estaban muertas y por lo tanto mi forma de ser destruida Hace dos días tan solo estaba con mis padres, peleando con ellos y haciéndole rabiar a mi hermano mayor. Ya no tenia la misma idea que cuando empezó todo esto. Lo que estaba viviendo no era una película, ni de tristeza, ni de alegría, de de terror. Era mi película, la escribía yo, esa era la diferencia. Pero por desgracia los personajes han decidido irse, me han dejado solo. Ahora era cuando empezaba a valorar la importancia de sentirte querido y alagado por lo que haces. Pensaba en quedarme quieto y esperar a que por fin la oscuridad se apiadase de mi para no tener que vivir ese tormento. Siempre había huido de los problemas, no iba a ser esta la excepción. Estaba confundido, ¿volvía a estar dentro de la irrealidad?. Sin darme cuenta me acercaba lentamente hacia el desastroso pantano, donde las mejores personas que he conocido dejaron allí su vida, y que sus últimos instantes fueron espantosos al verme hundiéndome entre aquellas arenas.

-Uff...Jose, Alberto, Sofia...¿Lara?, ¿donde esta?...murieron tres personas....faltaba ella- el pitido molesto volvió a meterse en mi cabeza, era desesperante. Me acordaba de Lara y mas sonaba aquel ruido en mi interior. Estaba recordando, pero parecía como si me estuviese destruyendo por dentro.

-¡¡Callate ya, no me dejas pensar!!-grite con en uno de los momentos en el que el ruido llego a su timbre mas fuerte.

Ya se veían las aguas turbias del pantano, los arboles estaban completamente pelados de hojas, cualquier turista podría identificar el paisaje como si fuera otoñal. La tierra estaba removida y llena de puntitos de barro. Me acerque a la orilla para contemplar aquellas aguas antiguas que desde que tengo memoria han estado aquí. En ella había algo que no cuadraba bien. Estaba dividida en dos colores, casi mitad y mitad, en cada una de ellas predominaba el color verde pero en tonos diferentes. El cielo estaba claro en la mitad mas lejana y se veia que el humo todavía no había llegado. Quise atravesar esas mitades para ver que sucedía en la otra parte, pero cuando estaba situado casi en el centro, mi pie choco con algo puntiagudo y cortante.

-¿Pirañas?, pero que dices Sergio, ¿como van a vivir las pirañas aquí?- me conteste a mi mismo
Pero algo seguía tocando mis tobillos. Yo no sabia bucear con tanta facilidad, cuando iba con mis primos a la playa siempre acababa en la orilla hecho polvo. Encima aquí era mas difícil, no se podía ver nada en su interior. El agua perdía temperatura y empezaba a tener frío Me plantee dos opciones: o seguir nadando hasta llegar a la otra orilla, o descubrir que era aquello que llamo mi atención. No perdía nada en descubrirlo, y mas en aquella situación, así que tome aire profundamente y me zambullí.

Intente abrir los ojos, pero si no quería coger una infección lo mejor seria utilizar las manos. Palpe la superficie sobre la que estaban apoyados mis pies, empezaba a asfixiarme. A partir de ahí no recuerdo nada mas. Extrañamente apareci medio morado en la orilla que quería llegar al principio. Estaba tirado, lleno de lodo y tosiendo partículas de agua.

-Sergio, ¿que hacías nadando, se que fuiste a natación pero tampoco es para tanto no?- me susurraba una voz serena- estas mas tonto que una alpargata abierta, ¿no sabes que es invierno y hay que estar en casa por la estufa?- volvia a escuchar la misma voz, esta vez llegue al acierto, era la de Lara.
-¿Que? ¿Tu estas muerta no?- dije asustado
-¡Mira niño! Vale que a veces pongo cara de zombie,pero de eso a estar muerta hay un trocito!
-Bueno, tu no estas muerta pero los demás si- dije incorporandome
-¿Quienes son los demás? ¿Te ha entrado mucha agua en el cerebro no?- aquel tono gracioso empezaba a cabrearme
-No seas tonta, Alberto, Jose y Sofia, ellos si.
-No pienses en eso Sergio por favor, no están muertos, solo te digo eso.
-¿Por que no debo pensarlo, ha sido por mi culpa, lo sabia?
-No es tu culpa, por cierto, toma esto y empieza a utilizarla porque tanto rollo misterioso me esta matando
Metió la mano en uno de sus grandes bolsillos de su chaqueta, mientras me miraba con cara de ``mongolita´´ intentando hacerme reír, claro está,era imposible.

domingo, 6 de febrero de 2011

NOVELA - CAPÍTULO 14

La desconfianza por saber lo que iba a pasar reinaba en nuestros pensamientos. Abrí la puerta lentamente, provocando que el ruido del oxido sonara estruendosamente. Nos situamos en el centro del cuadrado que formaba el cementerio, desde ese punto se podían ver todas las lápidas con sus nombres inscritos.

-Digo yo que tus amigos estarán en los nichos mas recientes. Es por allí-dijo Felipa señalando hacia su derecha
-¿Estarán? Yo espero que no.
-No tengas miedo chiquillo, seguro que ellos también te echan de menos

Escuchar aquellas palabras hizo derrumbarme mas. Felipa, acercándose lentamente y forzando la vista para avistar los nichos, dio con otro misterio, que, por primera vez, me alegré de poder verlo con tiempo y compañía.

-¿Niño, no ves una niña allí, o es que me estoy haciendo vieja demasiado rápido?
-Es verdad- dije caminando hacia atrás- esa niña...se la ve muy oscura....y esta junto a las tres nichos que buscamos.

Una extraña presencia estaba presente en el cementerio, la idea de ver un posible fantasma en un lugar como este me aterré más todavía. Poco a poco, entre Felipa y yo, fuimos rodeándola por detrás, y, cuando los dos estábamos a treinta centímetros de la supuesta niña fantasma, a la vez la agarramos por los hombros. La presencia se giro en milésimas de segundos, abrió las ojos, que parecían llenos de sangre seca, y emitió unos sonidos armoniosos que me hicieron recordar. Esos sonidos eran los mismos que los que escuchaba cuando estaba cayendo en picado por el precipicio, en la parte final de mi sueño. Y esa niña era idéntica al rostro que apareció reflejados en esas mismas paredes rocosas. Pero no tuve tiempo de disfrutar de aquellos cánticos, su cuerpo se desvanecía por segundos, pero sus ojos quedaron en el suelo intactos, llenos de sangre y mucosidad. Felipa le dio una patada para asegurarse de la dureza, y llego a la conclusión de que esas espeluznantes formas circulares no eran ojos, sino piedras moldeadas de un color blanquecino y un punto negro en su interior.

-¡Piedras!- grité cuando llegué al acierto
-¿Como que ``piedras´´? ¿Ya te has vuelto majareta?
-!Son piedras magicas que sirven para controlar las emociones, en mi sueño habia muchas parecidas y son las causantes de todo!
-Definitivamente, estás majareta sin lugar a dudas

Salí corriendo sin control de aquel lugar, ahora iba entendiendo un poco mas de que iba todo esto, alguien o algo seguía controlando mi realidad con esas piedras malditas, por eso todavía seguían pasando cosas que debían ser fantásticas, pero que en la realidad estaban ocurriendo. No sabia a donde ir, ni tampoco el siguiente paso que debía realizar. Mientras corría pensaba en la primera piedra mágica que tuve en mis manos, lo que me fastidiaba es que no sabía donde estaba, me peleaba contra la idea de que pudiera estar escondida entre mi sueño. Pero si había piedras mágicas en el pueblo y que aparecieron en mi fantasía, también debería estar la mía, la más importante. La cuestión es: ¿donde estaba?.

Tanto pensar me produjo el mismo dolor de cabeza que me hizo despertar de la irrealidad, parecía como si las dos dimensiones estaban luchando una con otra para hacerse con el poder de mi mente. Iba descansando de la carrera que inicié desde el cementerio, cuando ya se podía percibir una de las consecuencias que estaba produciendo la pelea entre las dos dimensiones. El pueblo volvía a estar vacío, y esta vez no era que habían secuestrado a los habitantes, sino que la magia había empezado a actuar. Pero si la magia estaba presente en la realidad, cada vez tenia mas razones para que mi piedra estuviese cerca. En pocas horas, el pueblo se iba pareciendo a un infierno silencioso.

Se podían ver puntos oscuros en las habitaciones de las casas, los arboles se deformaban y el suelo inicio se calentaba al ritmo del aumento de los puntos oscuros. El humo era muy visible en la parte central del pueblo, como si de allí se fuera expulsado. Era demasiado peligroso acercase allí, podría acabar chamuscado y nunca jamas podría despertar. Tenia que enfrentarme a aquello, era hora de superar el temor, mientras reflexionaba se me venian imagenes a la cabeza de los superheroes que salen por la tele, todos tenian un punto en común, tenían un poder que acababa con el mal. Pero, y yo, ¿cual tenia?. Me sente en un banco y mi llanto de lagrimas se hizo notar, mientras que el humo negro seguía creciendo por toda la población, ya casi era distinguible la forma de las casas.

-Ten imaginación...-dijo de repente una voz femenina y clara

NOVELA - CAPÍTULO 13

¿Pero como van a morir precisamente Alberto, Jose y Sofía? Precisamente los únicos que estaban en el pantano de mi sueño, pero no en el de la realidad – pensaba detenidamente – un momento, en esta desgracia falta alguien, pero no consigo recordarlo.

Sabía que había estado en un sueño, pero también sabia que los sueños no pueden mezclarse con la realidad, es meramente imposible. No me explicaba el por que de estas muertes, pero, situándome en mi propia realidad, eché lagrimas de pena. Sea un sueño o no, mis amigos ya no estaban en este mundo, y no podía hacer nada. Ahora estaba solo, sin nadie que me dijera lo que tenia que hacer. Quería descubrir una explicación lógica que me ayudase a entender lo sucedido. Sin quererlo, recordaba las ultimas frases que me dijeron los tres al unisono en el momento de las arenas movedizas. Estaba en el suelo, tirado, pensando.

-Niño, ¿pero todavía sigues aquí?, ¿eres raro de narices eh?, ¿quieres acompañarme al cementerio?, voy a ver las lapidas de esos niños que se han muerto, espero ver si sus padres se han esmerado en comprarles algo bonito. Pero no se donde está, porque yo soy del pueblo de Castillejos.
Aquella señora estaba llegando al limite de mi paciencia, ¿pero como se atrevía a hablar así de mis amigos? Tenia que acompañarla, porque, ademas de ahorrarme el viaje, también quería ver si es verdad que todo esto ha pasado.

-¿Si, señora, por donde está su coche?
-No tengas prisa, mi coche esta dos calles de aquí, pero antes tendrás que ir a tu casa a cambiarte, pensarán que eres majareta o algo así...

No conocía hasta entonces a una persona que aparcase su coche a mas de dos calles de distancia. Creía que ``la rara de narices´´era ella, cada vez tenia mas motivos para creerlo. Caminamos rápidamente hacia mi casa, y, cuando me puse el chándal que me regalaron mis tíos, partí hacia una de las calles mas famosas del pueblo, es famosa por los cotilleos que se traen entre manos sus habitantes. No quería precisamente que me cotillearan, por lo que me mantuve callado y tranquilo. Faltaban pasos para llegar al extraño automóvil, Felipa me esperaba fumándose un cigarrillo apoyada sobre una puerta. Ahora comprendía el por que de su preocupación por aparcar el coche tan lejos. Eso no era un coche, sino un un extravagante cacharro antiguo con cuatro ruedas, que seria de los primeros en salir al mercado, porque si existía un coche mas viejo que ese cachivache seria uno de caballos. Abrí una de las puertas de la zona trasera, con cara de asombro. Felipa, que se había dado cuenta de que le faltaba un tacón en el zapato, tardo un tiempo importante en subirse al coche. A los pocos minutos del comienzo del viaje, nos dimos cuenta de que el motor hacia unos ruidos un poco raros, Felipa no le dio importancia y siguió el trayecto.

-Gire a la derecha, y después todo recto.
-Vale, agarrate.
-¿Para que?

No se como pudo coger tanta velocidad ese trasto, el cuerpo se me iba para atrás y las piernas se encogieron. Pero Felipa tenia cara de satisfacción, parecia que le gustaba la velocidad, porque, de lo contrario, estaría loca. Ya veiamos la puerta del cementerio, pero el coche paro sorprendentemente y se balanceo para la izquierda, casi volcamos.

-¡Niño, bajate!
-Pero...-dije con cara de preocupación
-¡Que te bajes!

Felipa no se quiso bajar, se quedo agarrada al volante, con la vista fija a la puerta del cementerio. A los cinco minutos, cuando ya parecía haberse calmado, se bajo con lagrimas muy visibles en sus ojos.
-Siento lo que ha pasado, pero ya me ha pasado mas veces, una ráfaga de aire, como tu me decías antes en la plaza de la iglesia, me empuja siempre que voy dentro del coche, y me traumatiza durante unos segundos, me da mucho miedo la verdad- dijo con intención de llorar en breve.
-Bueno, pues no se que decir, ¿entramos?- dije para hacer como si no lo hubiera escuchado.
-Si, sera mejor.

Dejamos el vehículo en el borde de la carretera, para no ponerlo en peligro en el caso de que vinieran mas coches por detrás. Felipa, que estaba muy nerviosa, me dio la mano sin pensárselo dos veces. Nos acercamos a la puerta...

viernes, 4 de febrero de 2011

NOVELA - CAPÍTULO 12

Cerré los ojos, acto seguido, empecé a pensar en todo lo ocurrido, aquello que estaba viviendo era extraordinariamente raro, pero a la vez divertido. A partir de ese momento podía decir que había estado en dos dimensiones diferentes, una en la que todo es simple y con una explicación, y otra en la que nada es como te lo puedes esperar. Pensando, así me lleve un largo rato, pero la sensación de mareo iba a mas, y decidí ponerme en pie, quizás hubiera sido por el sol, porque últimamente el tiempo estaba un poco loco, y ese día el el sol pegaba fuerte. Apoye el pie izquierdo sobre el suelo, y una fuerza poderosa me empujó hacia una papelera. Fue como una ráfaga de aire estallando sobre mi cuerpo, peor que las que hay en invierno que se pueden ver paraguas flotando en el cielo. Me quede sentado de nuevo y apoyado sobre la papelera. La vista seguía con sus ilusiones, y yo lo único que quería era vomitar.

-Niño, ¿estas bien? Ha sido una buena caída, ¿te han empujado o algo?
-No señora, gracias, pero no me han empujado, una ráfaga de aire me ha caído al suelo y..
-Una rafaga de aire, ¿tu ves demasiados dibujitos por la televisión no? Vive la realidad...
-Si señora, vale... dije con cara de desprecio, pero aquella ultima frase me conmovió. ``Vive la realidad´´. Ahora que lo pienso, me estaba aburriendo, me sentía mejor antes, cuando estaba soñando, incluso mas feliz, porque podía utilizar mi imaginación.

-La realidad es un asco, siempre hay algo malo...me dije a mi mismo.

Poco a poco iba recobrando la visión, y la espalda se recuperaba del duro impacto. Notaba cierto olor a quemado a mi alrededor, y a la gente cada vez mas junta y hablando. Pasaba algo, estaba aburrido, no sabia en que pensar, y decidí investigar.

-¿Que pasa por aquí?
-Yo no lo se, dicen que alguien ha tirado una piedra en la pared y ha hechado una chispa y esto ha empezado a arder.-murmuro una mujer un poco ``inculta´´
-No hombre no, habrá sido el viejo ese que estaba en el banco, que estaba fumando y no se le ha ocurrido otra cosa que hacer que tirar el cigarrillo, y encima con este sol...

Estaba seguro que la causa de, pequeño incendio, en ese momento ya casi extinto, se relacionaba con las fuerzas misteriosas que me azotaron sin razón. Pero como yo ``veo mucho los dibujitos´´´me quede callado y estuve como un habitante mas, curioseando. El cura, que seguía con la misma expresión facial del comienzo de la misa, continuaba mirándome con una cara un tanto molesta, ya que parecía como si se estuviera burlando de mi...

-Chiquillo, ¿puedes acercarte?- me he dado cuenta de una cosa
-Que señor, se que tengo que ir a mi casa a cambiarme y se que no es normal estar en pijama en este sitio, pero vi el incendio y que quedé- dije inventándome una excusa.
-Mentir es pecado...-dijo el cura convencido de lo que decía.
-Yo no he mentido...
-Seamos sinceros, te he visto antes cuando de has caído y no ha sido por un empujón como decía esa señora, ni tampoco porque veas los dibujitos.
-Cotillear es pecado- dije ganando confianza
-Ja, ja, lo se, me arrepiento, pero he de decirte que, junto con estas desgracias de tus amigos, después tu caída y ahora el incendio...
-¿Mis amigos?
-Ah, parece que esto tampoco lo sabes, y que tampoco me he tenido que entrometer, pero las muertes que se produjeron en el pantano ``San Cristobal´´, son de tres de tus mejores amigos, el único dato que tenemos es que un fallecido tenia el nombre de Alberto.
-¿¡Como!? ¿Alberto? Eso es imposible, Alberto se fue a su casa porque quería vivir el su sueño propio, porque por culpa del mio estaba sufriendo dentro de el y decidió irse.
-Con que tu propio sueño, como tu has dicho, lo has soñado, y esto ha pasado de verdad.

NOVELA - CAPÍTULO 11

Me encontraba tumbado, casi inerte, como si yo también fuese una de esas ramas, me dolía mucho la cabeza, pero no había ni el mas mínimo rastro de sangre, no podía moverme, mis piernas estabas aturdidas. Baje un poco la vista y llegue al por que del dolor que sentía en mis brazos, la muñeca ya no era muñeca, sino un puñado de ligamentos y huececillos, tan era la angustia que me fui acostumbrando al dolor. Algo se acercaba a mi, algo oscuro y casi identificable, una especie de mancha inundaba mis pupilas, pensé que era mi momento. Recité unas cuantas de oraciones cristianas, no es que fuese el típico niño que fuera a misa todos los domingos, pero en estas situaciones es lo que hacen los actores de la televisión. La mancha ya estaba tardando demasiado, mientras que el dolor de mi cabeza fue creciendo al ritmo de esa extraña oscuridad.

-Dios...¡que dolor!, ¡no te acerques!

Escuchaba sin esperármelo un pitido fulminante que, si no llego a quedarme sordo, poco le faltaba. No podía abrir los ojos, ni siquiera respirar...

-¡Noo!-grité sin control-¿que?

Estaba en mi cama, tapado completamente y asfixiado por el calor de mi propia respiración. Esto es imposible. Si no recordaba mal alguien me dijo que habia que acabar hasta el final, y ahora estoy en mi casa, en la vida real. Bueno, me aseguré de todo esto: Miré el calendario y era sábado,

-¿Sábado?, pero si mi sueño fue domingo sobre las diez de la mañana...

No le tome demasiada importancia a este dato, cogí el teléfono, marque rápidamente el numero de Jose, pero la compañía telefónica, o sea, una maquina con voz de mujer que pone de los nervios a cualquiera, me decia constantemente que el teléfono de Jose estaba fuera de cobertura. Os preguntareis donde estaban mis padres, estaban ausentes. Como siempre no todo me sonreía, pero estaba en la vida real, por lo que podría haber gente en el pueblo. Salí a la calle en pijama y con pelos de loco, hasta que un grupo de señoras mayores vestidas de negro andaban con desolación, dirección a la iglesia. -
-Supongo que alguien ha muerto, normal, con tanto viejo suelto cualquiera los resucita – dije descaradamente.

Me dirigí hacia la Iglesia, si por casualidad hay un entierro seguro que habría como mínimo veinte personas, es lo bueno que tiene el pueblo, si se muere alguien aunque no lo conozcas, de repente parece que lo conoces y que antes, cuanto estaba vivo,era tu mejor amigo, a veces pienso que la gente es un poco falsa. Pero este no era el caso. Anduve tranquilamente con la idea de encontrarme con alguien, hasta con mi peor enemigo. Cuando entre por la puerta centenaria y vi el semejante cuadro, un escalofrío recorrió hasta el último pelo de mi cabello. Tres tumbas habían en el salón de la iglesia, los ancianos llorando, el cura predicando y yo, en pijama, asombrado. El sacerdote, terminando ya su tipico discurso sobre la muerte y el amor y esas cosas, me miraba.

-Chiquillo, ¿que vienes a hacer aquí?¿Y con esa ropa? ¿Acaso eres pobre?- dijo en tono de humildad, pero llegándome a ofender un poco
-No, no soy pobre, creo que hay un entierro, no será de Concepción que vivía en la calle...
-No -dijo cortándome- supongo que no te has enterado, como la mayor parte de los habitantes. Ayer murieron en el pantano de San Cristobal tres jovenes, dos chicas y un chico. Estamos desolados, no se esperaba este accidente tan repentino. Ahora si me permites puedes irte, supongo que se lo tendrás que contar a todo el mundo como hacen los de tu edad.

La conversación me hizo pensar al mismo tiempo que abandonaba la estancia, tres jóvenes muertos en un pantano. Me seguía doliendo la cabeza, y estaba mareado. Me senté en un banco. Fije la vista en grandes maceteros que se encontraban en la plaza, y de repente diversas formas y lineas curvas empezaron a dominar el paisaje. Los maceteros normalmente nos rectos y bien hechos, pues yo los empezaba a ver curvados y moviéndose de un lado a otro. Supuse que estaría asi por el tiempo que he pasado dormido, pero no había que fiarse de nada, todo esto formaba el segundo misterio que rondaba mi cabeza.

miércoles, 2 de febrero de 2011

NOVELA - CAPÍTULO 10

El tiempo quedó parado ante mis ojos, la sensación de agrado recorrió mi cuerpo y hubiera deseado estar siempre así, veía a cámara lenta los trozos de pared cayendo al suelo, mientras una canción armoniosa sonaba en mi cerebro. Podía moverme rápidamente y sin ningún esfuerzo. Ahora podía ir andando y sin preocuparme de los escombros me sepultaran, porque hasta cualquier niño de cinco años sabría esquivarlos. Anduve rapidamente hasta que, sin darme cuenta, estaba pasando y casi rozando las paredes con esas pintadas tan raras de dragones y bestias. Me detuve, ahora tenia ocasión para estudiarlos, menos mal que era un experto en buscar las siete diferencias en los pasatiempos, porque me sirvió para darme cuenta de que los dragones portaban en sus manos porciones de rocas de colores, pero que a la vez estos pedazos lanzaban bolas de fuego contra la gente de las montañas.

-¿Pero que...?

Una parte de la pared donde mi vista estaba fija, se derrumbó muy inesperadamente, y la famosa piedra, que en ese momento estaba en mi bolsillo, comenzaba a arder con bastante fuerza. Recordando lo que me dijo Lara, si dejaba que la piedra siguiera ejerciendo su poder, me estaba poniendo en peligro porque podría caer inconsciente en cuestión de segundos. La tiré contra el muro derrumbado y desapareció antes de terminar la caída.

-La grieta...esta ahi- dije fastidiado.

No entre por si alguna fuerza extraña invadía mi consciencia o me quedase dormido eternamente. Ignoré la extraña abertura de la pared y proseguí mi camino. Fui palpando con mis dedos las diferentes texturas de las paredes, me di cuenta de que algunas eran mas antiguas que otras, era lógico al descubrir que los muros estaban mas rectos y mejor medidos. Un intenso olor a humedad se hizo notar demasiado rápido, y una luz, esta vez del sol, era cada vez mas visible en aquel pasillo. Fui corriendo, necesitaba ver el sol y las nubes bien blancas para tranquilizarme y saber que por lo menos había dejado de llover. Efectivamente las precipitaciones cesaron.
-Dios mio, estoy solo, ¿donde estarán?

Me abalance, las vistas eran espectaculares, me encontraba en frente de una cascada gigante, si miraba arriba, veía el cielo como una postal de verano, si miraba abajo, la oscuridad del vacío penetraba entre las ramas secas que se parecía que se acercaban a mi. Me parecía... pero era verdad que se acercaban. Por un momento pensé como siempre que saldría de esta, y, para variar un poco, me precipite sobre el enemigo con un grito bastante alertador. Estuve varios segundos ``volando´´ y, cuando ya veía a apenas cinco metros de mis pies las hojarasca sobre la que creía que iba a caer inevitablemente, otro efecto de destello surgió de nuevo sobre la nada, ya estaba muy cansado de estas ``cosas extrañas´´y encima ahora no pasa lo mismo. En este caso mis ojos se llenaron de formas geométricas y de puntos diminutos.

Demasiadas imágenes vinieron a mi cabeza de tal forma que parecía que las estaba viendo en la realidad en ese preciso instante. Destacaron las de Lara quejándose por el pie, pero este se encontraba con un aspecto aterrador, ademas me extraño muchísimo al ver la silueta de Alberto en total tono opaco y casi eran indistinguibles sus rasgos. Pero lo que me quedo con una absoluta duda en mi interior, era la proyección de una imagen que se podía apreciar bastante bien gracias a la luz del cielo, y en la que aparecía una chica bastante seria, juraría que los ojos eran de Lara. Estaba cayendo en picado, pero jamas pensaría que en esta situación me encontraría mirando a las paredes mientras mi cuerpo estaba a punto de impactar terriblemente contra el suelo. Y, por mi desgracia, impactó.

viernes, 28 de enero de 2011

NOVELA - CAPÍTULO 9

El pánico se apoderó de nosotros, había que rescatar a aquel hombre obligatoriamente porque nadie mas podía. No había bomberos ni ambulancias, y tampoco aparecería Superman para arreglarlo todo. Pero la voz se oia menos por momentos y al cabo de unos minutos, volvía a destacar el silencio entre aquellas paredes. No encontramos nada y, de mutuo acuerdo, decidimos emprender una caminata que no duraría mucho, algo se interpuso en nuestro camino y todo por un error de orientación. Nuestro pueblo se encuentra entre montañas, y eso dificulta el conocimiento de las distancias entre los lugares mas conocidos, por lo que pensamos que lo mejor era ir por un camino campestre. Lara caminaba con cierta tendencia a cojear, pero, para no entretenernos, ni siquiera preguntamos. Llegamos al famoso pantano que se extiende por muchos metros cuadrados sobre una tierra húmeda y fría, parecida a las que esta cerca de un castillo encantado. La peculiaridad de esto es que no se escuchaba ni el mas mínimo canto de una rana, y el ``cloc cloc´´ de las burbujas provocadas por los pequeños pececillos.

-Que asco de silencio, ahora hecho de menos los gritos de mi madre – suspiraba Sofia.
-Normal, no hay nada, lo único bueno es que puedes hacer lo que te da la gana-dije convincentemente
-¿Lo que te da la gana? Tampoco estamos para eso Sergio...
-Que si que si – dije en tono convincente – ¡mira como salto!

Las tierras comenzaron a hundirse, mis pies quedaron atrapados entre el fango y como no viniera un luchador profesional con mucha fuerza, nadie mas podría sacarme de ahí. Por cada segundo que pasaba mas bajo veía mi horizonte y para colmo empezaba a llover, otra vez otra parte angustiosa de mi pesadilla. Mis manos hundidas y sin movimiento alguno, las gotas de lluvia se filtraban entre los huequecitos haciendo que mi escapada fuese mas difícil. Allí estaban Lara, Jose y Sofia, atónitos sin saber que palabra decir. Jose se subió las mangas y, haciendo un esfuerzo por sacarme del hoyo, como en diversas situaciones lo ha hecho. Esta vez era mas complicado, mi espalda emitió un crujido que nos asustó. No veia nada, la vista se me nublaba poro los goterones que se internaban en mis pupilas. ¿ Aquella era mi hora ? Todo empezó tan estupidamente, y con solo 14 años recién cumplidos, ya rondaba por mi cabeza la idea de abandonar este mundo. Mi insistencia de salir de alli crecía rápidamente, pero todo lo contrario pasaba con mis fuerzas. ¿Acabare sepultado justo al lado de un pantano? ¿ Este era mi verdadero destino? Pero algo se me volvia a olvidar, todo esto debe de ser mentira, porque estoy viviendo un sueño, pero, entonces, ¿por que me dolía tanto la presion de las piedras rozando mi piel? Me entro sueño, diria que bastante, ya no veia casi la luz del exterior

-¡Tranquilo Sergio, es completamente imposible que te mueras, sobre todo en tu propio sueño, porque estas obligado a seguir viviendolo, es lo bueno de todo esto!

De repente me encontraba dentro de una especie de cueva, ya me imaginaba que si aparece una cueva, algo relacionado con mi sueño pasaría. Me quede parado, hasta que vi una gruesa roca en la que podría sentarme, mis piernas estuvieron paralizadas durante un corto tiempo, y ahora que tenia oportunidad de estirarlas no iba a desaprovecharlo. Me senté, y por desgracia sucedió lo que se me pasaba por la cabeza en ese mismo instante. La roca sobre la que me apoyé provocó que los muros se dilataran y que un derrumbamiento se hiciera inevitable, aquella era la cueva de mis sueños. Pero esta vez tenia ventaja.

lunes, 17 de enero de 2011

NOVELA - CAPÍTULO 8

Mi confianza se volcó en un saco de palabras. Perdí el apoyo de uno de mis grandes amigos, y todo por una fantasía. Tampoco confiaba en la piedra, porque ultimamente estaba reaccionando como le viniera en gana. Me la guardé en el bolsillo y proseguí el camino con los dos unicas personas, además de mí, que vivian en este pueblo.

-Sergio, ahora no te puedes hundir, tu estás teniendo este sueño, y de ti depende el futuro de nuestras familias...-me dijo Lara con tono preocupante.
-Lo sé, pero es que no comprendo nada, primero la situación parecía controlada, y de repente, por un error, se esta viniendo abajo todo.
-¿Sabes lo que vamos a hacer? Utilizaremos la piedra solo cuando sea absolutamente necesario, y se acabó de hablar de que estás solo, porque nos tienes a nosotros.
-Y de mí no te libras

¿Pero quien? ¿Quien había dicho eso? Solo estábamos Lara, Jose y yo, y que yo sepa Jose no tiene voz de niña...
-Mira detrás tuya – dijo de nuevo esa femenina y extraña voz- no se que habrás hecho, esperandomelo de ti, seguro que te habrás metido en un buen lío.
-¡Sofia! ¡Eres tu!

Así es, los poderes iban aumentando respecto a mi estado de animo, y gracias a Lara, le di las suficientes energías a la piedra como para hacer aparecer aleatoriamente a cualquier persona. El destino eligió a Sofía, una amiga muy simpática de cabellos rubios, que siempre está animando a la gente haga lo que haga y diga lo que diga. Ahora me sentía con más fuerza. A partir de ahora, intentare controlar mis sentimientos para que no vuelva a suceder nada de lo que ha pasado, y así no perderé a ninguna persona más.

-Sofía, siento meterte en este lio de cosas reales y cosas que no tienen nada que ver con lo que en la realidad explica...
-¿Tu eres tonto, no? - dijo muy convencida-Estaba muy aburrida en casa y de repente empezaron a absorberme, dime si eso no es emocionante, jajajaja.
-Gracias...por tu sinceridad...pero ahora no sabemos ni que hacer, han pasado cosas que ``rallarian´´ a cualquier adolescente...
-¡Suficientes cosas me han pasado a mi como para ``rallarme´´ por eso, vamos,
Sergio, dime que no es divertido estar dentro de un cuento, sé que tiene algunos inconvenientes, pero...
-No hace falta que sigas, venga, sigamos. Tenemos que ir hacia la estación.

Caminamos muy decididos y casi sin mirarnos a la cara, pareciamos soldados militares a punto de empezar una guerra. José estaba cada vez más decidido, y nos menciono repetidas veces que de mayor quería ser detective, porque después de vivir esto le encantaría investigar de todo. Yo iba pensando en Alberto y en su enfado, en el fondo creía que se había enfadado por una tontería y que se estaba perdiendo una gran experiencia, como decía Sofía. La verdad es que cada vez me sentía mas animado y con mas fuerza espiritual. Faltaban apenas diez metros para la entrada de la estación, cuando, uno de los operarios, salió alarmado de un almacén de materiales. Todos los autobuses se mantenían parados y sin actividad. En otro sentido, eso era normal, porque no había señales de vida. Pero algo nos decía que este cuento no se acabaría ahí, que seguro que pasaría algo que nos dijera que hacer en el siguiente paso.

Pero al parecer esa señal, tardaba demasiado. Sofía y Lara decidieron investigar por el exterior de la estación, mientras que Jose y yo buscariamos en en el iinterior del edificio. La operación duró dos horas, cuando, sin pensarlo, se oía una voz lejana y fría...

-¡Socorro, no puedo esperar más, ayudadme!

NOVELA - CAPÍTULO 7

Atrapados y con un señor con pinta de monstruo. Al menos tenia la certeza de que no iba a morir, pero el miedo que tenía superaba todas las barreras que existen. Esto no era ``La Cenicienta´´ ni los ``Tres Cerditos´´, sino una historia de terror que estaba escribiendo con mi propia imaginación.

-¡Claro, ya está! - dije sigilosamente - esta historia es fantástica, no?- ¡pues empecemos a imaginar!
-Puede ser, porque si lo pensamos bien, todo encaja, todo es producto de nuestra imaginación, debemos pensar que las cosas irán a mejor porque no tenemos pruebas de lo que pasara...
-¡Veo que lo has pillado!

Empecé a poner en practica mi idea, me imaginé al bruto señor en calzoncillos, provocando que se cumpliera y así, hacerle pasar un poco de vergüenza delante de todos sus compañeros. Alberto empezó también a cerrar los ojos y a concentrarse. De repente aparecieron mas de veinte perros por todos los pasillos, que iban solo a por ellos,lo comprobamos porque uno quiso lamerme la cara. Aquello parecía una viñeta de cómic.

-Chicos, hemos dado en el clavo, ¿os acordais de lo que nos explicó Lara de que las piedras controlaban las emociones? Pues ahora que hemos descubierto como utilizarlas, gracias a la imaginación, podemos hacer que la piedra se haga más fuerte.
-Vale, empecemos.

Sabía que esto iba a ser un poco ``cansino´´, pero si quería recuperar mi antigua vida, tenía que hacerlo. Para empezar, Lara apareció de repente a mi lado, asi, sin más, mientras que Alberto corría detrás de un agente de negro intentando azotarle con un palo ``imaginario´´.Era la primera prueba de que la piedra volvía a reencontrase con sus poderes. Ademas, Lara presentaba un aspecto normal, eso si, su rostro se veía preocupado y serio.

Nuestra querida piedra se estaba volviendo más grande y brillante conforme íbamos acabando con los allí presentes. A uno le hicimos correr todo el instituto repetidas veces hasta que entró en una ataque de asfixia, a otro, que se transformase en una marioneta. Ahora el cuento era infantil, y demasiado divertido para lo que nos esperaba...Nos cansamos de tanto jueguecito, y decidimos irnos a la parada de autobuses, donde seguramente sabrían de algún tipo de transporte sospechoso. Primero hicimos una pequeño descanso en uno de los rincones del paseo del pueblo. Alberto no recordaba el tropezón que sufrió, y que como consecuencia presentaba un gran moratón en la pierna izquierda. Me cogió violentamente la piedra de las manos:

-A ver si esto hace algo...

La piedra comenzó a reaccionar de un modo muy extraño, por primera vez, brillaba de un color deferente. En su interior, había una especie de luz intermitente que emitía pequeños ruidos. El moratón de Alberto comenzó a ponerse de un tono mas oscuro todavía, y del dolor, lanzó un rugido que no pudo contener.
-¡Maldita piedra, por que haces esto ahora!
-¿Puede ser porque os dedicasteis la mayor parte del tiempo a hacer tonterias con ella, la piedra es magica, pero tendrá sus limites!

Algo en el cielo pintaba mal, unas nubes avanzaban demasiado rápido sobre nuestros alrededores, y una serie de truenos estaban dando comienzo.
-¡Lo que faltaba! ¿No dijimos que ibamos a pensar en positivo? Hemos provocado que la piedra funcione de con un efecto adverso, Alberto, ¿no sabes que hay que utilizar los medicamentos en la situación más grave? Pues esto es lo mismo...dije en tono de furia.
-Se acabó...seguid con vuestro cuentecito. Yo me voy a mi cama, para vivir mi propio sueño- dijo en tono irónico.

domingo, 16 de enero de 2011

NOVELA - CAPÍTULO 6

La luz de la habitación estaba controlada, pero el director seguía como estaba, el efecto de la piedra negra duraba demasiado. Hicimos lo posible para que ``volviera a vivir´´, tocamos las palmas, caímos las sillas, sincronizamos nuestros teléfonos móviles con una canción muy molesta. Su consciencia no pasaba por su mejor momento, esa piedra negra tenia demasiado poder, y si el ambiente estaba normal, significaba que las dos piedras mantenían un mismo nivel de potencia. Rebuscamos entre los armarios por si los ASAE hubieran escondido una piedra trampa que empeorara las funciones cerebrales del director, pero en ese despacho solo había libros, bolígrafos y un armario. Después de media hora actuando como detectives, Jose movió accidentalmente el ratón del ordenador, haciendo que el monitor se encendiese automáticamente. Se podía ver muchos textos abiertos en la pantalla, pero había uno que nos llamo la atención a los tres:

``Espero que os deis cuenta de esta idea que he tenido y que estos patéticos hombres que están sacudiendo mi preciado instituto no tienen constancia de esto. Como podéis apreciar, organicé una excursión a la que asistieron todos menos vosotros cuatro, pero en realidad desconozco el paradero de vuestras familias y amigos, la verdad es que la salida estaba organizada para que ellos mismos fueran capturados. No es momento de explicaciones, cuando todo esté solucionado os lo contaré con pelos y señales. Por favor, estoy absolutamente convencido de que tenéis la piedra especial que están buscando. ¡¡Teneis que utilizarla!! ¡¡Haced todo lo posible para que sea mas poderosa que todas las demas!! Os dejo, porque estoy viendo que se está haciendo de noche y veo cada vez menos....´´

-¡Claro! ¿Cómo no? Esta piedra que tengo en las manos debería hacer algo en todo eso, de lo contrario esto no se llamaría ``un cuento fantástico´´
-Pero es que no es solo esa piedra, hay muchas Sergio... no seas ingenuo, según lo que ha sucedido, esos hombres buscan tu piedra, y su investigación seguro que actúa contra el bien, lo único que sabemos es que va sobre los dragones. El director no va a despertarse tan pronto como creíamos, pero ya no hace falta preguntarle.
-¡Ha pasado una hora desde que llegamos! ¡Los hombres llegarán en cualquier momento! ¡Huyamos antes que nos metan cosas raras en la cabeza y nos queden atontados! - dije asustado.
-Eso seria lo fácil, pero si queremos descubrir mas cosas, tenemos que estar cerca de nuestros enemigos, hay que esconderse en un lugar donde jamas busquen, pero que podamos investigar algo de lo que traman en este instituto- dice Jose, supongo que sabrá tanto por que es un gran aficionado a los videojuegos.
Subimos al piso de arriba, revisamos las aulas mas grandes y discretas, hasta que una
forma extraña y brillante que empezó a dibujarse por si sola en una de las paredes que daban al exterior, daba paso a un pequeño cuarto estructurado por cuatro paredes excesivamente iluminadas por una luz que se desconocía de donde procedía.
-¿Esta piedra nos está ayudando demasiado, vosotros no lo creeis? - dije en tono de gracia.
-Si, pero nos ha hecho un favor muy grande, entremos- dijo un muy asustado Alberto.

Pasamos apenas un cuarto de hora esperando y hablando de que podría pasar, cuando escuchamos un fuerte golpe en el piso de abajo, eran ellos. Sus espantosos chillidos y ordenes coloreaban la situación de un tono amargo y angustioso. Se dispersaron por todo el instituto. Escuchamos decir a un agente que buscaban unos papeles que le ayudarían mucho para dar con el criminal. No se de que estarían hablando, porque que yo sepa no había hecho nada malo hasta ese momento. Nos encontrábamos atentos a los pasos de los hombres que estaban derrumbando todo tipo de muebles, ordenadores, anuarios... Destrozaron documentos de vital importancia como lo son las matriculas de los alumnos:

-¡Aquí está! ¡Señor, he encontrado la lista! - decia uno de ellos
-Rápido, acérquese si no quiere que le decapite en los baños públicos – dijo el otro muy agresivamente.

Todos los agentes bajaron al piso de abajo, era el momento idóneo de saber que ocurría, y bajamos por las escaleras con bastante sigilo.

-Con que estos niñitos son los que están poniendo en serio peligro nuestra investigación. ¿Por que no están juntos con los otros desgraciados? ¿que pasa, son dioses o algo? - decía el jefe fuertemente, justo cuando Alberto estornudó mientras bajábamos las escaleras - ¿Que ha sido eso, intrusos?

Se nos pusieron los ojos como bandejas. Pero yo estaba al tanto de que tenia la piedra y sabia que si llegaban iba a ejercer un poder de esos que iba a cegarlos completamente, dándonos tiempo para huir descaradamente. Pero no ocurrió así, vinieron corriendo todos juntos a por los sospechosos, desgraciadamente, eramos nosotros.¿Por que la piedra no hizo nada? Es algo que no sabia responderme. Nos agarraron fuertemente unos a otros, y después, con unas esposas, al brazo del señor agresivo y antipático.

NOVELA - CAPÍTULO 5

Lara presentaba un aspecto cadavérico, cualquier niño se daría cuenta al fijarse en el color de su cara y sus ojos inquietantes que estaban fijos en mi rostro, asustaban cada vez más. Yo estaba extrañado, hacía un momento estaba a punto de morirse, y ahora, con las mismas condiciones, actuaba como si estuviera perfectamente.

-Sergio, entiendo que estés asustado, pero tienes que saber que estas dentro de una fantasía y que despertaras cuando llegue el momento.
-¿Pero por qué tengo que ser yo el que viva esa fantasía?- dije en tono de queja.
-Porque tu cogiste la piedra...
-¡Y dale con la piedra! Sé que es un poquito extraña y que escandila demasiado cuando pasa algo, pero será un invento de los chinos o algo...
-¡No! ¡Es un invento de tus propios sueños! ¡Esa piedra es el resultado de tus emociones y esperanzas! Y es la única piedra que no pertenece a... los ASAE
-Supongo que los ``ASAE´´ son los mismos que están apropiándose de todo el pueblo
-Si, tienes en tus manos la pieza que le faltan a ellos para completar su investigación
-¿Me puedes explicar como una piedra puede terminar una investigación?
-Esta organización se dedica a controlar los sentimientos a partir de piedras malditas y con un poder guardado en su interior. Por ejemplo, la que tu tienes controla las emociones y el dolor, y es la única que es inmune a las demás. Ademas,tienen en su poder piedras de diferentes colores, pero la mas importante después de la tuya, son las verdes, azules y rojas.

Mis dudas iban apareciendo mientras Lara hablaba, ya sabía que no podía salir de aquel infierno hasta arreglar todo el embrollo, pero me sentía sin fuerzas y sin ganas de hacer nada. Maldito fue el momento en el que entre en ese estúpido sueño, esto me pasa por dormir tanto. Lara terminó, y exactamente al minuto de finalizar su discurso,
tenia un color todavía mas blanco en su cara. Prácticamente, daba mas miedo que cualquier niña zombie.

-Respecto a lo que te dije antes, te doy las gracias por darle fuego a la piedra, ya que ella es la encargada de controlarme en estos momentos, y para ejercer su poder, debe mantenerse caliente, o por lo menos estar en la misma temperatura que cuando estaba en la cueva de tus sueños. Seguro que durante unos momentos también tomó el control de tus acciones, y quedaste paralizado sin explicaciones. Pues ahora las tienes, era la piedra la causante de todo eso.
-Vale, me lo creo, pero estoy deseando saber que paso con el director del instituto, el estaba inconsciente, casi igual que tú, en la mesa de su despacho...
-No hace falta que me des mas detalles, seguro que los agentes estuvieron allí y que, a su lado, habia una piedra negra. Esa piedra ejerce un poder oscuro y estoy convencida de que fue utilizada intencionadamente. La única pella de su poder, es que sus funcionen tan solo perduran durante dos horas aproximadamente.

Me quede asombrado. Por lo menos ya tenia el titulo de mi fantasía -``El Poder de las Piedras Mágicas´´.Teniendo en cuenta lo que había dicho Lara, al director le faltaba poco para salir del trance, exactamente 10 minutos, justo el tiempo que tenia para ir a ``entrevistarle´´ antes de que lleguen de nuevo los ASAE. Jose y Alberto estaban asombrados el intercambio de preguntas y respuestas que Lara y yo formamos. Me puse un chándal, porque sabía que iba a tener que hacer demasiado deporte en el camino desde mi casa hasta el instituto. Salimos corriendo todos excepto Lara, que se quedo inmóvil en mi cama y robusta como el hierro. Cuando solo era la mitad del camino que nos separaba de nuestro destino, los cordones de mis zapatos se enrollaron y casi provocan una caída. Digo ``casi´´, porque la roca mágica, que estaba en mi bolsillo, fabrico un efecto ingrávito que me salvó de tal tropezón, por lo que pude seguir con la carrera. Llegamos, estábamos en el mismo lugar de hacia una hora y cincuenta y cinco minutos exactamente. Faltaba muy poco para que al efecto de la piedra maldita se destruyese. Entramos aceleradamente en la sala, la misma que minutos antes, hizo que mi imaginación tuviera un percance de puntos de colores, y proseguí hasta el despacho. Jose abrió lentamente la puerta, y allí seguía el director, apoyado, fuera de sí, sobre la gran mesa. La piedra negra empezó a repetir el efecto de oscuridad para que nuestra visión fuese inutilizable, pero había una diferencia con la anterior situación, mi piedra era más poderosa y contrariaba su poder, el ambiente estaba regulado...

sábado, 15 de enero de 2011

NOVELA - CAPÍTULO 4

Ya está, ahora nos querian hechar a nosotros de mi propia casa. El cristal de la puerta estaba dividido en mil pedazos, con un poco de tiempo y de destreza, conseguirían llegar hasta el pestillo y poder empezar la supuesta masacre sangrienta que todos los allí presentes estabamos pensando. Bueno, como siempre Jose nunca se alteraba por lo que sucedia, y yo ya estaba de los nervios. Pero no era el momento de pensar en eso. Habia que esconderse, algo imposible de hacer en mi pequeña habitacion, y corriamos el peligro de que si saliamos de estos escasos metros cuadrados, nos avistarian con mucha claridad y le facilitariamos el trabajo. Tanta era la impotencia del no saber que hacer, que a Alberto se le derramaron unas lagrimas de angustia. Nuestras vidas habian dado un giro en solo un dia, estaban pasando cosas que no tenian sentido alguno.

-Ya se, utilizaremos algun arma – dije dirigiendome a la mesilla de noche
-¿Pero que estas diciendo? Tienes 14 años recien cumplidos, esperas tener una pistola?
-¡No, pero tengo esto...! - insinue en tono heroico.

Cogí la piedra translucida del cajón, cuando ya había alguien dentro de casa, habían conseguido abrir la puerta y nuestra única esperanza era aquella piedra. Aquella roca mágica empezó a brillar, a lo que la extraña presencia que estaba a punto de entrar en la habitación reaccionó con un fuerte shock y desmayo total. Poco a poco nos acercamos para ver si estaba en buen estado. Sí, lo estaba, pero no era alguien desconocido, era Lara, que seguramente escapó de las manos de aquellos agentes secretos y se disponía a buscar algún habitante disponible en la población. Cometimos un error, la única persona que podía ayudarmos o al menos ofrecernos algo de información, estaba completamente fuera de sí y con los ojos en blanco. La piedra volvo a su estado original de transparencia, pero dentro de ella surgió una especia de bola de fuego que nos mantuvo preocupados durante unos segundos. Lara respiraba, a la vez que el fuego del mineral ardia con mas fuerza hasta que alcanzo una temperatura tan alta que fue capaz de quemar parte de la mesilla sobre la que estaba apoyada.

-Y ahora es el momento en el que yo me muero- decía Alberto desesperadamente
-Aquí no morirá nadie, al menos nosotros -grita Jose con una fuerza inesperada

Por fin Jose se digno a hablar, estaba completamente rojo y agobiado, tuvimos que esperar un poco hasta que la tranquilidad nos dios un poco de su parte.

-Os tengo que contar algo, que puede explicar algo de lo que esta sucediendo, adelanto que no he querido deciros esto porque no lo creia, pero ahora veo que la predicción era era cierta.
-¿Predicción? ¿ De que hablas? No hay nadie dentro de las casas, los maestros se han esfumado a un lugar que jamas encontraremos, unos hombres de pacotilla están invadiendo los lugares públicos del pueblo, y tenemos aquí una piedra que por cierto no quiero ni hablar de ella porque por su culpa tenemos una niña entre la vida y la muerte tumbada en la cama. Cuenta todo lo que sepas porque ahora que se como funciona esto- dije señalando el material translucido – puedo utilizarlo....
-Tranquilizate- Lo primero, no se como tienes esa piedra, ya que debería estar metida en un cuento y no aquí metida en tu cajón. El caso es que esos hombres están buscando algo y no pararan hasta conseguirlo, y ahora debemos imaginarnos que estamos dentro de la irrealidad, porque a partir de ahora pasaran cosas ``fantásticas´´
-Tan fantásticas como mi sueño...dije dudoso
-¿Que sueño?, ¡Ahora no es momento para dormir Sergio! - decía Alberto mientras no estaba atento a nuestra conversación, sino mirando el cuerpo pálido de Lara.
-Nada...

Lo había entendido, estábamos dentro de un cuento,pero no tenia ni titulo, ni desenlace ni nada, solo tenia claro que yo era uno de los protagonistas y que a partir de ahora podía ver a mas de un muerto por la calle, si es que no lo veo en mi propia cama. Me puse al lado de Lara, en el mismo instante en el que ella empezó a mover los brazos y la boca. Abrió los ojos, en ellos reinaba un espectacular brillo producido por la iluminación de la piedra, pero lo que realmente me preocupaba era que su respiración se hacia cada vez mas entrecortada y lenta. La llama de la piedra también se apagaba lentamente.

-Vale, actuare como si estuviera en un cuentecito de niños pequeños, ahora supongo que la piedra debe ser destruida para que el poder de los malvados de un castillo se destruya y que todo vuelva a ser como antes y colorin colorado...
-No seas tonto, puedes destruir la piedra, pero no te tomes esto a cachondeo

Me dirigí a la candela, coloque un puñado de leña con tres o cuatro hojas de papel, encendí el mechero y tire con violencia la piedra para que no pudiera hacer nada en el fuego. Volvi a la habitacion, y Lara estaba recuperada completamente, incluso respiraba mejor que nosotros.

-¿Pero como...?
-Gracias por ponerle fuego a mi control
-¿Que estas diciendo?
-Te lo explicare...

NOVELA - CAPÍTULO 3

Me estoy volviendo loco, aquello parecía una película en las que todo coincide al final y de repente existe la magia y la imposibilidad absoluta. Intenté olvidarme de todo lo que estaba ocurriendo para entrar un poco en la realidad. Pero no podía sacarme de la cabeza que de repente estemos un puñado de personas en el instituto, de las cuales tres somos alumnos ``que no han ido a una excursión´´ y que peculiarmente manteníamos una relación de contacto mas estrecha que la que manteníamos con otros compañeros. Estaba seguro de que el director seguía dentro haciendo cualquier cosa con esos extraños, quizás estuviese muerto, o negociando algo muy importante, o incluso planeando un homicidio en toda regla...

-Un momento, pensemos – dijo Alberto intentando escabullirse de su confusión – Hay unos hombres que han entrado y han hecho que los profesores huyan de sus trabajos, ¿y si los ha despedido?
-No creo... de todas formas seria el director el que...

Nuestra conversación se cortó, cuando aquellos desconocidos se marchaban en fila cada uno con una maleta y cuyo símbolo inscrito en ellas había emergido entre mis recuerdos. Ahora lo recuerdo, en las paredes de mi sueño estaban dibujados esos signos pero mas disimuladamente y con un menor tamaño, por eso no lo recordaba con tanta precisión. En este mismo momento tengo motivos para creer que todo está relacionado,y que yo soy un punto clave en todo eso, ¿ pero, por que?

Nos aseguramos de que hubieran salido hasta el ultimo ``agente de negro´´ del instituto, para poder entrar en el despacho del director. De repente nos encontrábamos en una sala llena de papeles, pintadas de sangre y puntos rojos, azules y verdes. Empecé a vivir de nuevo la pesadilla, todo era un desconcierto y las paredes llenas de círculos cuyos colores eran los mismos que los de aquella extraña sala imaginaria. Me encontraba a dos metros del despacho del director. Algo en mi interior me decía que no debía entrar, porque iba a empeorar las cosas. Debí hacerle caso, ya que lo que vino después no fue precisamente ``agradable´´. Encontré al máximo mandatario inconsciente en apoyado en la mesa, pero no marcaba ninguna señal de violencia. Lo único extravagante era que, a su lado, había una piedra negra. Me froté los dedos en la sudadera y me dispuse a cogerla. Mi dedo indice sintió el tacto áspero y duro del mineral oscuro, cuando este empezó a emitir unas ondas oscuras que provocó que aquella habitación se volviese opaca completamente. Mis ojos se estaban volviendo de un tono oscuro, y sentí aquella sensación de descontrol de mis movimientos,caí desplomado al suelo. Menos mal que Alberto actuó rápidamente y pudo arrastrarme hasta la entrada, donde me desperté de aquel trance.

El pueblo estaba vacío, y era prácticamente imposible de que todos se hubieran ido de excursión. Estábamos solo, o eso creímos. Llegamos a mi casa donde creímos que estábamos seguro, cuando en el ambiente se podía percibir unos gemidos procedentes de la casa de algún vecino. Pero, por seguridad, no quisimos asomarnos para alejarnos de un secuestro o un rapto por sorpresa. No pudimos evitarlo, los ruidos se oían cada vez mas cerca hasta que una sombra reflejada reflectada en la pared principal, nos avisaba que una presencia llamaba a la puerta. No podíamos estar peor, no solo parecía una película de ficción, sino que se mezclaban géneros de terror y suspense. Pero José estaba tranquilo, parecía como si el supiera lo que iba a pasar, pero se mantenía inmerso en sus pensamientos. Rompen el cristal de la puerta...

NOVELA - CAPÍTULO 2

Fui a buscar a José, un gran amigo de mi dura infancia, como siempre lo hago. Pero después de un largo intento de llamar la atención a alguien de su casa llamando a su puerta, pensé que a lo mejor estaba enfermo y estaban todos acostados. Iba caminando entre la espesa niebla de aquel extraño día, en el que las flores no tenian su peculiar manto nevado consecuente de aquella noche fría. No había absolutamente nadie, solo el ruido del roce de mis pantalones hacía el único ruido en aquel tenebroso ambiente.

Pero por fin me tranquilicé un poco al ver luces de coches aparcando en la gran cancela verde que protege mi instituto. Me acerque imaginando que seria mi amiga Carmen, pero vi que el conductor de uno de los coches, que iba vestido de negro completamente,salia rápidamente entre las luces con una maleta negra, en la que estaba inscrito un símbolo que me sonaba de algo, y que había visto hace muy poco tiempo. Entré sin que me vieran al creerme que aquellas personas pudieran ser ladrones o asesinos, propio de alguien que ha visto demasiadas películas de ficción, como yo. Llegue al edificio, cuando por fin una leve sonrisa aparecía en mi cara. Jose y Alberto estaban en la puerta negra y de cristal que se hacia distinguir por la luz que transmitía la dirección del instituto, así que supuse que habia una excursión de la que yo no había escuchado nada y que a Jose y a Alberto les hubiera pasado lo mismo:

-¡Hola! ¡Por fin os encuentro! ¿Quiénes son esos hombres de negro, que parecen que van a un entierro?
-Nadie..Sergio...son unos hombres que vienen a hablar con el director...¿tu como estas?
-Yo bien, olvidándome un poco de los problemas, ¿y tú que tal Jose?
-Yo..normal.

Jose nunca dice un ``normal´´, no es propio de él, le pasaba algo que le preocupaba y que tendría verguenza de decirlo, pero lo conocía y sabía que tarde o temprano iba a sonsacárselo. Cada vez entraban más hombres de negro en secretaría y en todas las clases, y fue cuando los maestros, resignados por como se les estaba tratando, se marcharon muy alterados. Paky, como le llamamos cariñosamente a nuestra maestra de Ciencias de la Naturaleza, fue la última en salir porque quiso comprobar quienes eran esos hombres. Cuando por fin conseguimos acercarnos a ella, nos dimos cuenta de que en su frente era visible un corte hecho intencionadamente. Esos hombres se estaban pasando demasiados pueblos con lo que estaban haciendo, para que encima fueran practicando la violencia con quienes se les ponga en su camino.

-Paky,¿Que esta pasando? ¿Quienes son esos hombres?
-Te lo contaré solamente a ti para que se lo comuniques a los demás. Estos hombres pertenecen a una organización de esas raras que se dedican a hablar de sus antepasados, de que si eran mágicos, de que sufrieron mucho. Lo único nuevo es que me lo han explicado y por lo menos se lo que quieren hacer, pero le he cogido mucho cariño a todos los alumnos de este instituto, como para que ahora nos hechen a todos. Y eso explica esto – lo dijo señalando su frente sangrienta – he querido dialogar con uno de los componentes del grupo, y como ves el no estaba a la labor.

-¿Pero que quieren hacer exactamente?
-Están buscando una formula, una formula que les ayude a encontrar la verdadera prueba de que los dragones fueron animales asesinos y que atacaron a sus gentes de mala manera y sin razón. Yo creo que esta gente son una secta o algo...
Por mi memoria estaban pasando demasiadas cosas. Paky dijo algo de los dragones, y el sueño que he tenido hoy va de lo mismo, pero ¿ estarán relacionados?, además, ¿la piedra que pinta en todo esto?