lunes, 17 de enero de 2011

NOVELA - CAPÍTULO 7

Atrapados y con un señor con pinta de monstruo. Al menos tenia la certeza de que no iba a morir, pero el miedo que tenía superaba todas las barreras que existen. Esto no era ``La Cenicienta´´ ni los ``Tres Cerditos´´, sino una historia de terror que estaba escribiendo con mi propia imaginación.

-¡Claro, ya está! - dije sigilosamente - esta historia es fantástica, no?- ¡pues empecemos a imaginar!
-Puede ser, porque si lo pensamos bien, todo encaja, todo es producto de nuestra imaginación, debemos pensar que las cosas irán a mejor porque no tenemos pruebas de lo que pasara...
-¡Veo que lo has pillado!

Empecé a poner en practica mi idea, me imaginé al bruto señor en calzoncillos, provocando que se cumpliera y así, hacerle pasar un poco de vergüenza delante de todos sus compañeros. Alberto empezó también a cerrar los ojos y a concentrarse. De repente aparecieron mas de veinte perros por todos los pasillos, que iban solo a por ellos,lo comprobamos porque uno quiso lamerme la cara. Aquello parecía una viñeta de cómic.

-Chicos, hemos dado en el clavo, ¿os acordais de lo que nos explicó Lara de que las piedras controlaban las emociones? Pues ahora que hemos descubierto como utilizarlas, gracias a la imaginación, podemos hacer que la piedra se haga más fuerte.
-Vale, empecemos.

Sabía que esto iba a ser un poco ``cansino´´, pero si quería recuperar mi antigua vida, tenía que hacerlo. Para empezar, Lara apareció de repente a mi lado, asi, sin más, mientras que Alberto corría detrás de un agente de negro intentando azotarle con un palo ``imaginario´´.Era la primera prueba de que la piedra volvía a reencontrase con sus poderes. Ademas, Lara presentaba un aspecto normal, eso si, su rostro se veía preocupado y serio.

Nuestra querida piedra se estaba volviendo más grande y brillante conforme íbamos acabando con los allí presentes. A uno le hicimos correr todo el instituto repetidas veces hasta que entró en una ataque de asfixia, a otro, que se transformase en una marioneta. Ahora el cuento era infantil, y demasiado divertido para lo que nos esperaba...Nos cansamos de tanto jueguecito, y decidimos irnos a la parada de autobuses, donde seguramente sabrían de algún tipo de transporte sospechoso. Primero hicimos una pequeño descanso en uno de los rincones del paseo del pueblo. Alberto no recordaba el tropezón que sufrió, y que como consecuencia presentaba un gran moratón en la pierna izquierda. Me cogió violentamente la piedra de las manos:

-A ver si esto hace algo...

La piedra comenzó a reaccionar de un modo muy extraño, por primera vez, brillaba de un color deferente. En su interior, había una especie de luz intermitente que emitía pequeños ruidos. El moratón de Alberto comenzó a ponerse de un tono mas oscuro todavía, y del dolor, lanzó un rugido que no pudo contener.
-¡Maldita piedra, por que haces esto ahora!
-¿Puede ser porque os dedicasteis la mayor parte del tiempo a hacer tonterias con ella, la piedra es magica, pero tendrá sus limites!

Algo en el cielo pintaba mal, unas nubes avanzaban demasiado rápido sobre nuestros alrededores, y una serie de truenos estaban dando comienzo.
-¡Lo que faltaba! ¿No dijimos que ibamos a pensar en positivo? Hemos provocado que la piedra funcione de con un efecto adverso, Alberto, ¿no sabes que hay que utilizar los medicamentos en la situación más grave? Pues esto es lo mismo...dije en tono de furia.
-Se acabó...seguid con vuestro cuentecito. Yo me voy a mi cama, para vivir mi propio sueño- dijo en tono irónico.

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