sábado, 15 de enero de 2011

NOVELA - CAPÍTULO 4

Ya está, ahora nos querian hechar a nosotros de mi propia casa. El cristal de la puerta estaba dividido en mil pedazos, con un poco de tiempo y de destreza, conseguirían llegar hasta el pestillo y poder empezar la supuesta masacre sangrienta que todos los allí presentes estabamos pensando. Bueno, como siempre Jose nunca se alteraba por lo que sucedia, y yo ya estaba de los nervios. Pero no era el momento de pensar en eso. Habia que esconderse, algo imposible de hacer en mi pequeña habitacion, y corriamos el peligro de que si saliamos de estos escasos metros cuadrados, nos avistarian con mucha claridad y le facilitariamos el trabajo. Tanta era la impotencia del no saber que hacer, que a Alberto se le derramaron unas lagrimas de angustia. Nuestras vidas habian dado un giro en solo un dia, estaban pasando cosas que no tenian sentido alguno.

-Ya se, utilizaremos algun arma – dije dirigiendome a la mesilla de noche
-¿Pero que estas diciendo? Tienes 14 años recien cumplidos, esperas tener una pistola?
-¡No, pero tengo esto...! - insinue en tono heroico.

Cogí la piedra translucida del cajón, cuando ya había alguien dentro de casa, habían conseguido abrir la puerta y nuestra única esperanza era aquella piedra. Aquella roca mágica empezó a brillar, a lo que la extraña presencia que estaba a punto de entrar en la habitación reaccionó con un fuerte shock y desmayo total. Poco a poco nos acercamos para ver si estaba en buen estado. Sí, lo estaba, pero no era alguien desconocido, era Lara, que seguramente escapó de las manos de aquellos agentes secretos y se disponía a buscar algún habitante disponible en la población. Cometimos un error, la única persona que podía ayudarmos o al menos ofrecernos algo de información, estaba completamente fuera de sí y con los ojos en blanco. La piedra volvo a su estado original de transparencia, pero dentro de ella surgió una especia de bola de fuego que nos mantuvo preocupados durante unos segundos. Lara respiraba, a la vez que el fuego del mineral ardia con mas fuerza hasta que alcanzo una temperatura tan alta que fue capaz de quemar parte de la mesilla sobre la que estaba apoyada.

-Y ahora es el momento en el que yo me muero- decía Alberto desesperadamente
-Aquí no morirá nadie, al menos nosotros -grita Jose con una fuerza inesperada

Por fin Jose se digno a hablar, estaba completamente rojo y agobiado, tuvimos que esperar un poco hasta que la tranquilidad nos dios un poco de su parte.

-Os tengo que contar algo, que puede explicar algo de lo que esta sucediendo, adelanto que no he querido deciros esto porque no lo creia, pero ahora veo que la predicción era era cierta.
-¿Predicción? ¿ De que hablas? No hay nadie dentro de las casas, los maestros se han esfumado a un lugar que jamas encontraremos, unos hombres de pacotilla están invadiendo los lugares públicos del pueblo, y tenemos aquí una piedra que por cierto no quiero ni hablar de ella porque por su culpa tenemos una niña entre la vida y la muerte tumbada en la cama. Cuenta todo lo que sepas porque ahora que se como funciona esto- dije señalando el material translucido – puedo utilizarlo....
-Tranquilizate- Lo primero, no se como tienes esa piedra, ya que debería estar metida en un cuento y no aquí metida en tu cajón. El caso es que esos hombres están buscando algo y no pararan hasta conseguirlo, y ahora debemos imaginarnos que estamos dentro de la irrealidad, porque a partir de ahora pasaran cosas ``fantásticas´´
-Tan fantásticas como mi sueño...dije dudoso
-¿Que sueño?, ¡Ahora no es momento para dormir Sergio! - decía Alberto mientras no estaba atento a nuestra conversación, sino mirando el cuerpo pálido de Lara.
-Nada...

Lo había entendido, estábamos dentro de un cuento,pero no tenia ni titulo, ni desenlace ni nada, solo tenia claro que yo era uno de los protagonistas y que a partir de ahora podía ver a mas de un muerto por la calle, si es que no lo veo en mi propia cama. Me puse al lado de Lara, en el mismo instante en el que ella empezó a mover los brazos y la boca. Abrió los ojos, en ellos reinaba un espectacular brillo producido por la iluminación de la piedra, pero lo que realmente me preocupaba era que su respiración se hacia cada vez mas entrecortada y lenta. La llama de la piedra también se apagaba lentamente.

-Vale, actuare como si estuviera en un cuentecito de niños pequeños, ahora supongo que la piedra debe ser destruida para que el poder de los malvados de un castillo se destruya y que todo vuelva a ser como antes y colorin colorado...
-No seas tonto, puedes destruir la piedra, pero no te tomes esto a cachondeo

Me dirigí a la candela, coloque un puñado de leña con tres o cuatro hojas de papel, encendí el mechero y tire con violencia la piedra para que no pudiera hacer nada en el fuego. Volvi a la habitacion, y Lara estaba recuperada completamente, incluso respiraba mejor que nosotros.

-¿Pero como...?
-Gracias por ponerle fuego a mi control
-¿Que estas diciendo?
-Te lo explicare...

No hay comentarios:

Publicar un comentario